Su exotismo ancestral continúa vigente siglos después de su nacimiento y su característico diseño se ha extendido desde Asia a todo el mundo, llenando los guardarropa femeninos con su inspiración oriental.
Los kimonos abandonan los palacios y grandes celebraciones orientales para protagonizar el street style y los lookbooks con más estilo. Ya sea a modo de vestido, como marca la tradición o reinventadas como chaquetas, estas prendas tradicionales conquistan porque aúnan a la vez la feminidad casi mística de las geishas con la fuerza de los guerreros samurái.
Las diversas y múltiples versiones van desde los etéreos kimonos ablusados elaborados en suaves tejidos como el raso o la seda, hasta los más robustos diseños de shantung o tejidos brocados; incluyen estampados florales, motivos milenarios simbólicos y hasta profusos apliques de pedrería o flecos.
Ante su elegancia y espíritu boho, han caído rendidas musas de épocas pasadas y divas de lo bohemio como Brigitte Bardot, donde el kimono estuvo como bata glamurosa desde décadas anteriores, en los setenta. Loulou de la Falaise o Jane Birkin, que subliman sus apariciones con estas prendas que ondeaban al viento. Un encanto irresistible al que siguen entregadas fashion insiders como Alexa Chung, Kate Moss o Giovanna Battaglia.
Lo mismo utilizan el kimono como vestido de noche que para elevar un look diario básico con esa apariencia premeditadamente despreocupada que las caracteriza. Amplias mangas, y una elegancia envolvente, este es el shopping esencial con los estilismos más inspiradores para escoger el kimono perfecto y conservarlo para siempre.
Fuente: https://www.vogue.es